Colosenses 1:16 «Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.»
2 Corintios 4:18 «Así que no miramos las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.»
Romanos 1:20 «Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.»
Sí hijito; el divino principio de unión entre materia y espíritu se expresa así: Una línea solar en microscópico descenso calorífico; se transforma en una microscópica larva; que posee un magnetismo viviente; es una fibra en expansión geométrica; es un 318 avo de caloría solar en descenso; una caloría solar, equivale a un radiante, que pesa 18 gramos de fuego solar; posee vida doble; es espíritu y materia; su centro sensible es la atracción, que ejerce la corona solar sobre todo su centro geométrico; es vibrante oscilatorio; su eje geométrico, tiende a dos direcciones; a la materia y al espíritu; escoge por libre albedrío, su propio destino; es una microscópica escala de virtudes pensantes; no sabe que exsiste; sólo siente; pero intuye; en un gérmen en estado de inocencia solar; más microscópico, que un poro de carne; salido de fuego físico solar; es producto del libre albedrío de un sol; un padre de creación magnética; ordenada por el divino Padre Jehova; la divina bola de fuego viviente; cuyo número galáctico, es el infinito; = es un principio de causa viviente; con eterno libre albedrío y sujeto a los cuerpos celestes; pues de ellos salió; = corresponde a una vida angelical; cuyo grado de pureza, ha salido de los soles Alfa y Omega; padres solares y a la vez, hijos mayores del divino Padre Jehova; todo padre solar, lo es en su filosofía, y nada más; pues sólo exsiste un sólo Dios nomás; los soles Alfa y Omega, pertenecen a la familia solar; son de aquél punto del espacio, que el Primogénito Solar mencionó: De donde Yo soy, ustedes no pueden ir; un lugar, donde jamás llegará el hombre; tiene que nacer de nuevo, para vislumbrar las grandezas, del divino Padre; la larva humana, se transformó en carne; fué un divino proceso llamado reencarnación, ó renacimiento de una virtud solar; llamada espíritu; siendo este divino proceso, llevado a cabo por las naves plateadas; el proceso de la reencarnación, es el proceso divino de retorno de un espíritu, a la vida material; son infinitas alianzas de divinos querubínes; su forma de como se lleva a efecto esto, es algo que sólo el espíritu puede intuirlo; la divina Ciencia Celeste, todo lo explica; lo explica en un grado de conocimiento tal, que el mismo conocimiento, se vuelve viviente; tan viviente, como lo es una criatura humana; y la divina revelación de como se hizo un espíritu, es la máxima prueba para el conocimiento humano; todo espíritu es probado; ahora toca probar el espíritu, por el espíritu; es decir el conocimiento viviente, explica al espíritu viviente.-
Este divino dibujo enseña que la materia y el espíritu, son creados juntos; que en ellos participan individualidades solares; en un instante dado; que toda materia, lleva en sí misma su propia expansión de moléculas, tiempo y espacio; para crear un planeta cualquiera, los soles recorren distancias inauditas; distancias que jamás son superadas; ni por el mismo planeta; en su recorrido por el espacio; desde que fué una microscópica chispita, hasta terminar en un gigantesco carboncillo quebradizo; que corresponde al principio de agonía de un planeta; que entra al estado de vejez; el tiempo y el espacio nacen por alianza; cada uno por separado, representan una divina filosofía viviente; ellos, retornan a los soles, cuando un planeta ha cumplido su prueba de vida filosófica; el instante mismo en que nace un planeta, concurren a ello multitudes de criaturas pensantes; cuyo número, jamás podrá calcularlo la ciencia terrestre; pues cada molécula es una de esas inteligencias; sin contar las que ya estuvieron; pues las moléculas, nacen de nuevo; como nacen los espíritus humanos; pasan por dimensiones; nacen de lo microscópico, a lo macroscópico; son impulsadas por el magnetismo de los soles; el avance de las moléculas, se expresa así: nacen en estado de inocencia; junto con los espíritus; se concretan por magnetismo de atracción viviente-solar; poseen libre albedrío, sujetos a la línea solar; que es la dimensión de peso, forma, densidad, y agrupación; son geométricos en su expansión; y contrarios a su propia desaparición; es decir que en sus transformaciones como materia, poseen anti-magnetismo; que es un divino mandato, en filosofía solar; significa que poseen espíritualidad propia; muy ajena a la comprensión humana; así como ellos, también no comprenden que el espíritu humano, posea vida y sentimientos propios; son materia; con distintos libres albedríos; se reconocen en la morada del Padre; donde lo microscópico adquiere proporciones gigantescas; cumpliendo la divina ley de la creación que dice: Todo chiquitito y humilde, es grande en el Reino de los Cielos; esta divina ley, hace que lo gigantesco sea lo microscópico; y lo microscópico sea lo gigantesco; y significa que sólo la divina filosofía del Cordero de Dios, salva a los humildes; es contrario a la fuerza; que se engrandece en la Tierra, y se achica en el Reino de los Cielos; y significa que toda filosofía humana, que no tome en cuenta la divina ley de amor del divino Cordero de Dios, de raíz es cortada; en el conocimiento universal; y significa, que sólo la filosofía semejante a como piensa un niño, que es la única que se impone a todas las demás; escrito fué: Dejad que los niños vengan a mí; porque de ellos, es el Reino de los Cielos; la molécula se asemeja a un niño; se deja llevar inocentemente; es contemplativa y silenciosa; un niño es como la molécula; vive un tiempo angelical; en que no siente responsabilidad consiente; su responsabilidad, se amolda al bienestar de su propio espíritu; y en la responsabilidad infantil; también hay querubínes, moléculas; pues toda virtud viviente, los posee; nadie deja de ser un querubín solar; pues todos han salido desde un mismo punto del espacio; en todos está la sencillez universal; la filosofía de los divinos querubínes, es la filosofía eterna del amor; ella es la causa de todo verbo de conocimiento; de ella se desprende la felicidad misma, que se vive en el Reino de los Cielos; ella es el Alfa y la Omega, de toda filosofía angelical; que se traduce en comunismo amoroso celestial; la humildad y la sencillez, son su trono; el divino Padre Jehova, se complace en tan sublime filosofía; en medio de otras; cuyo número es infinito; quien no piensa como un niño, no entra en el Reino de los Cielos; el divino Padre tiene un divino derecho a seleccionar; como lo tiene el espíritu humano en la Tierra; y no exsiste derecho alguno, sin la autorización del divino Padre; el divino mandato de todo derecho, está en los Diez Mandamientos; quien crea derechos sin tomarlos en cuenta, se anula en el Reino de los Cielos; pues el espíritu nace de nuevo en mundos, donde reina la filosofía de violación, al mandato divino; es decir que las mismas inclinaciones filosóficas de que se alimentó el espíritu, lo empujan a su propio destino de futura perfección en la materia; se hace su propio cielo; cultiva su propia sal de vida planetaria; el espíritu sólo puede pedir un destino, cuando ha cumplido al pie de la letra, lo que prometió cumplir, antes de venir a la vida; en el planeta Tierra, son contados los que lo han hecho; esto fué escrito: Muchos los llamados, y pocos los escogidos; porque en el Reino de los Cielos, se presentan los espíritus por multitudes; pidiendo una experiencia de vida en la materia; pidiendo ir a determinado planeta; se forman verdaderos acuerdos; divinas alianzas; los gemelos se prometen no dejarse jamás; los espíritus vengadores, se prometen perseguirse de mundo en mundo; los sabios prometen, hacer avanzar la ciencia de determinado mundo; los espíritus revolucionarios, prometen aplicar, tal ó cual doctrina; los científicos, planean lo mejor para determinado mundo; los espíritus culpables de pecados; traídos de otros mundos, prometen enmendarse en una desconocida filosofía; los espíritus descontentos, prometen adaptarse a un nuevo ambiente de vida; el espíritu aventurero, pide nuevas aventuras; el espíritu pacifista pide mundos en lucha; para imponer su filosofía; el espíritu vago, pide nueva prueba de vida;
para sobreponerse a su tendencia de abandono; el espíritu artista, pide aprender un nuevo arte, en una nueva filosofía; los hijos primogénitos, piden hacer avanzar, un mundo que les pertenece; por creación solar; pues de sus propias ideas, tienen el universo, sembrado de colosales soles; poseen una de las mayores antiguidades, después del divino Padre; y su divina jerarquía espíritual, hace que los mundos de la carne, sean subordinados en su constitución física; los divinos querubínes de la naturaleza, reconocen la vibración numérica de un Hijo Primogénito; y se sienten atraídos hacia él, como el imán atrae a las partículas de hierro; en la morada del divino Padre, se ven escenas idénticas a las de la Tierra; esta divina revelación, se aplica por igual, a todos los planetas del único universo que exsiste; el universo expansivo pensante; lo que es de arriba, es igual a lo de abajo; el dibujo celeste enseña que de todo sol, salen unos gases invisibles, al ojo humano; estos gases se conocen con el nombre de fluídos solares; y gracias a ellos, crecen las plantas; crece toda carne; todo fruto; sin ellos, no habría universo material; los fluídos, están también en el espíritu humano; y el espíritu lo siente; pero no sabe clasificarlos; en todo espíritu, exsisten trescientos fluídos; no todos, los pone el espíritu en acción; esto se debe a que no hace uso de todo su poder mental; exsiste una relación entre el avance espíritual, y el material; lo uno y lo otro, viven del capricho del libre albedrío; que recorre casi siempre los mismos caminos, ya recorridos; esto se debe a la costumbre en su modo de vivir; vive ilusionado; cree el espíritu, que en la posesión de lo material, está la seguridad eterna; profundo y lamentable error; lo material, en los mundos de la carne, es sólo una prueba pasajera; es la tentación hecha bienestar; es pérdida de tiempo; esto lo reconoce el espíritu, que ha dejado la vida; todo espíritu, vuelto a la realidad eterna, maldice la filosofía del dinero; maldice a sus creadores; y maldice a sus propios padres terrenales; que le transmitieron la ignorancia; la ignorancia más despreciada en el Reino de los Cielos; la ignorancia, que le cierra la entrada a la gloria eterna; estos espíritus, tienen que pasar eternidades, por mundos de la carne; pues todas las ideas que ellos emanaron, en el mundo que dejaron, son en la eternidad del tiempo, otros tantos mundos de pecados; predominando entre todos, la misma ignorancia que el espíritu tuvo en la vida; el total olvido de los Mandamientos; la ilusión que se vivió, se extiende por todo el universo; creando otras criaturas desdichadas; y sólo el espíritu culpable, puede hacerlos sacar del error; en la eternidad del tiempo, tendrá el espíritu, que ir a esos mundos, en misión de salvador; por lo tanto, hijos terrestres, el llorar y crujir de dientes os espera; bién sabéis, que lo más importante para este mundo, es llegar a ser ricos; libre albedrío tenéis; pero avisados estáis; el que tenga boca, que hable; es decir, que propague la divina nueva; que en la morada del Padre, se rinde cuenta de cada segundo, vivido en la vida; y las consecuencias que de ellas se derivan; que no seáis acusados, de egoísmo intelectual; que sabiendo una nueva luz, habéis callado; como ha callado la roca del egoísmo humano; que siendo la primera en saber la nueva Revelación, trató de loco al enviado del Padre Jehova; tomándose la libertad, de esconder los primeros planos celestes; siempre lo a hecho así, esta ramera; su reinado tiene sus días contados; escrito fué, que sería la primera en ser juzjada; en el conocimiento universal; entre Oriente y Occidente; la Tierra pasará; más, la divina justicia triunfará; en el divino dibujo, se ven cuatro naves plateadas; que tienen un divino cordón solar; que las unen a sus padres solares; estas naves, aún están participando en la creación de planetas; son las mismas, que en número infinito, participaron en la creación primera; cuando el divino Padre Jehova dijo: Hágase la luz, y la luz fué hecha; lo que estas naves hacen, es juntar los microscópicos fluídos; que son de infinitos colores; son divinas alianzas de divinos querubínes; que teniendo forma microscópica, tan infinitamente microscópica, que jamás ojos humanos los han visto; sólo se sienten; pues están vivientes, en el mismo espíritu humano; al juntarse estos divinos fluídos solares, forman una microscópica chispita; que tiene en sí misma, su propio crecimiento; su propia expansión; siendo su primera forma, un microscópico ángulo recto de 90º grados; que luego, eternidades más adelante, adquiriría la forma de un rectángulo; pasando por todas las geometrías imaginables; llegando a ser, la actual bola de Tierra; que en ciencias celestes, se denomina microscópico polvo de forma circular omega; soy el Alfa y la Omega; dijo el divino Hijo Primogénito; soy el principio de toda forma de vida; y soy su divino fín; soy la justicia divina final; pues soy el complemento, de un divino principio, que se inició en el Reino de los Cielos; de un divino mandato; que se viene sucediendo desde eternidades atrás; de tiempos microscópicos; de mundos que ya no están; de universos de mundos; pues la causa de la exsistencia de la Tierra, no es la Tierra misma; la causa proviene del Padre; de donde yo soy, ustedes no pueden ir; pues pertenezco al futuro; un futuro viviente; al cual llegaréis naciendo de nuevo; pues la luz de toda perfección, debe ser primero chiquitita y humilde; para ser grande en el Reino de los Cielos; toda verdad, sale del mismo lugar, de donde salió la Tierra; de allí, de donde soy, está el principio y el fín; de allí han salido, colosales mundos; y aún salen; la Tierra no es la primera; ni es la última; desaparecerá la Tierra, y aún el lugar de donde soy, seguirá produciendo soles y planetas; y cuando vosotros, lleguéis a ser brillantes soles de divina sabiduría, ese divino lugar de donde soy, seguirá aún produciendo universos de universos; y os hablo, de un microscópico puntito perdido en el Reino de los Cielos; os hablo solamente de dos divinos soles; los soles Alfa y Omega; si no comprendéis las leyes terrenales, menos entenderéis las espírituales; que son propias de la divina eternidad; quiere decir que si no os guiáis por la senda imperfecta del bién terrenal, sólo habréis cosechado tinieblas; materializadas y sacadas de vuestras propias, equivocadas ideas; habréis sido, constructores de infiernos; pues de todo hay en el rebaño del Señor; si exsisten los infiernos, es que primero surgió un demonio; primero está el creador; después la cosa creada; no pueden exsistir infiernos, si antes no hubo demonio; pues toda idea; sea buena ó mala, tiende a expandirse y perpetuarse; esto se debe, a que todo espíritu es eterno; y sus creaciones mentales, también lo son; nada hay, que no tenga herencia; hasta la misma nada posee herencia; pues los universos vivientes, pasaron por la prueba de la nada; al igual que el espíritu, está pasando por una filosofía de monito de carne; y toda carne a su vez, es una criatura viviente, con libre albedrío diferente al espíritu; que naciendo de la nada material, emergió a la vida espíritual; haciendo una triple alianza con el divino libre albedrío humano.-
ESCRIBE: ALFA Y OMEGA.-